El Hijo del Perro Aguayo dejó el mundo terrenal el 21 de marzo de 2015, después de participar en una lucha contra Rey Mysterio en la ciudad de Tijuana. A seis años de su muerte, recordamos parte de su trayectoria y el legado que dejó en el pancracio nacional.
Pedro Aguayo Ramírez comenzó su carrera luchística desde los 16 años, hijo del legendario Perro Aguayo, pudo abrirse camino debido a su padre y a las habilidades que mostró desde temprana edad en el ring. Formó una dupla con su progenitor que terminaría siendo Campeona Nacional en Parejas en dos ocasiones.
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Creó su propio equipo que llamó ‘Los Perros del Mal’ y lo convirtió en una de las agrupaciones más importantes dentro del mundo de la lucha libre. Con el paso del tiempo se fue haciendo de grandes enemigos como los “Guerreros de la Atlántida” encabezados por Atlantis y Último Guerrero, los cuales regalaron maravillosos combates.
El Hijo del Perro se volvió un ídolo y un emblema del deporte, dentro y fuera del ring,. Su peleas son recordadas gracias al carisma y, aunque fungía como rudo, la gente se identificó como el líder de la manada.
Aquella fatídica noche el “Perrito” falleció mientras realizaba su trabajo. Pedro, como era su costumbre, de inmediato se identificó con el público, la contienda fue intensa, hasta que no pudo volver a levantarse.
Tras unas tijeras de Mysterio, el “Perrito” se desvaneció en el ring y nadie pudo revivirlo. Esa noche, la partida de Pedro Aguayo Ramírez fue repentina, pero se fue haciendo lo que más le gustaba, luchando sobre un ring.
Hace apenas un par de años, su padre el “Perro” Aguayo lo alcanzó en el cielo, ahora ambos dan espectáculo sobre el ring del más allá.
